​

 

​

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sobre todo si se enseña a niños.

Se requiere conocimiento, creatividad, psicología, la bondad y kilos de paciencia.
Pero eso no es todo.

Cuando enseñas a los niños,  das forma al futuro de Karate.
¡Qué responsabilidad tan enorme!

Es por eso que es súper importante que  seas bueno en las clases de enseñanza de  karate a los niños.
(De lo contrario, saboteas el futuro del Karate.)

Así que ...

¿Cómo se puede ser bueno en enseñar a los niños?

Lo  primero a hacer es asegurarte de que te quieren y te respetan.
Una vez que logras eso, el resto casi se hace solo.

Para ayudarle, hoy comparto mis 3 secretos para ser un instructor de karate que encante a los niños y sea respetado

- basado en mi experiencia de haber sido tanto un niño de karate como instructor.

Se piensa poco en esto:
Échale un vistazo! 

1. Recompensar el buen comportamiento (Es malo sancionar)

Ante todo...

Siempre habrá niños en tu clase que se comportan como demonios.

Gritan, tiran del  pelo, se patean entre sí y causan  alboroto.

Por otro lado, también siempre habrá niños que se comportan como ángeles.

Ellos están perfectamente en línea, practican  con diligencia y nunca hacen ruido.

Aquí está lo importante:

Debes centrarte en premiar a los ángeles.

No en castigar a los demonios.

De hecho, debes ignorar los "diablos".
¿Por qué funciona? :
Lo que tú reconoces, se refuerza. Al aprobar abiertamente el buen comportamiento - con tu atención, palabras y

acciones – enseña a los niños  que el buen comportamiento tiene recompensa, por lo que comienza a tener conciencia

de eso.

Es la psicología básica.

No grites a los niños que se portan mal.

En cambio, premia niños que se comportan bien.

Poco a poco, los demonios se convertirán en ángeles.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

2. Nunca, nunca, nunca, nunca, nunca te enojes.

Manejar niños puede ser una pesadilla a veces.

(Sobre todo si tu no tienes la asistencia de instructores para ayudarte.)

Pero no importa lo salvaje que sea la clase; nunca, nunca, nunca debes mostrar enojo.

Si tú te encuentras gritándole a tu clase, pregúntate esto:

    "¿Estoy enojado con los niños o conmigo mismo?"

Se supone que debes ser el líder, tranquilo y sereno.

No te comportes ligeramente.
¿Por qué funciona?:

Los niños no hacen lo que tú les dices. Ellos hacen lo que quieren hacer. Y fácilmente se olvidan de lo que tú les dices

- pero rara vez olvidan cómo les haces sentir.

Así que, si quieres encantar a los niños y que  te respetan, que sean fuertes, amables y seguros,

Actúa de la manera que deseas que los niños se comporten.

Sé un modelo a seguir.

No es una pérdida de tiempo.

​

 3. Comienza y termina siempre con algo divertido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por último...

El primero y el último ejercicio de cada clase de Karate deben ser divertidos.

(Por ejemplo, un mini juego de equilibrio, de coordinación o  agilidad.)

No tiene que ser complicado, algo que ponga sonrisas en los rostros de los niños.
¿Por qué funciona?:

Una investigación científica nos dice que la atención de los niños, y la memoria posterior de un evento (como una

clase de karate) se centra principalmente en los primeros y últimos minutos del mismo.

Por lo tanto, los primeros y últimos momentos (5-10 min) de la clase debe ser divertidos.


En esta foto, yo enseño kata utilizando "El Método brócoli". (Leer más)

Curiosamente, no importa si el resto de la clase es ultra aburrida, ya que los niños recordarán toda la clase (45-60 min)

como algo divertido.

Funciona como magia.

Pero lo más importante a considerar…

Es saber que el amor y el respeto no vienen rápida o fácilmente. No.

Tienen que ser ganados con el tiempo.

Pero cuando finalmente lo consigues...

Todo cambia.

Confía en mí.

¡Buena suerte!